8 de mayo de 2010

El derecho de Najwa

Infoescuela

En un país libre y democrático como es España la ciudadana española Najwa Malha de 16 años alumna del IES Camilo José Cela de Pozuelo de Alarcón tiene derecho a ir a su clase de 4º de la ESO con el hiyab, y también tiene derecho a la educación sin ningún tipo de discriminación por sus creencias. Estos derechos recogidos en la Constitución Española y en toda la legislación internacional sobre los derechos humanos firmadas y ratificadas por España, prevalecen sobre cualquier reglamento de centro y sobre cualquier consejo escolar.

El tratamiento mediático que una parte de la prensa española le está dando al asunto es delirante. Desde catalogar el hiyab como símbolo de extremismo islámico, cuya consecuencia primera es la frase vulgar "dónde se habrá creído esta gente que está", en el caso de Najwa está en su país que es España; hasta las elucubraciones sobre el origen marroquí de la españolidad de la joven, en general no hablamos de españoles de origen andaluz, catalán o vasco; hasta la perla más estúpida y xenófoba como es la del inmigrante de primera, segunda o tercera generación.

La consecuencia de tanto desvarío y de tanto miedo a hablar abiertamente de los temas es la expulsión de Najwa del aula, su discriminación y la interrupción de su pleno derecho a la escolarización obligatoria y a la educación. El instituto, y la comunidad educativa, también sufren las consecuencias. Inmediatamente la prensa se hace eco del mismo, se altera el buen funcionamiento del centro y se expone una vez más, y con precedentes, lo problemática que es la educación pública. Todos perdemos con estas noticias. A los equipos directivos y a los consejos escolares hay que pedirles flexibilidad, capacidad para el diálogo, manejo de la situaciones, e inteligencia como órganos colegiados a la hora de afrontar los temas y no convertir en problema lo que no es un problema, como es el caso de Najwa Malha y su hiyab. A algunos de nuestros políticos y medios de comunicación hay que pedirles menos demagogia. En Francia este tema está resuelto (ley de laicidad del año 2004) porque la derecha francesa promovió una ley que prohíbe cualquier símbolo religioso en la escuela publica. Lo que nos es de recibo es defender la asignatura de religión católica y su alternativa, la presencia del crucifijo en las aulas, o la presencia de la Iglesia Católica en todos los actos de Estado como credo "oficial", y al mismo tiempo negar cualquier símbolo religioso de las otras grandes religiones por considerarlo nocivo para la convivencia.

Este es un asunto de Estado cuya solución no puede quedar en manos de entidades menores como la institución escolar. Tampoco es competencia de las comunidades autónomas. Es el gobierno de turno quién debe exigir que se aplique la legalidad vigente, y en último caso legislar de forma clara al respecto. En este sentido, los contenidos de la futura ley de libertad de conciencia, parece que aportarán sobre todo recomendaciones, o sea, más confusión.