CONSUMER EROSKI (9 de junio de 2008)
En Internet se han habilitado diversos servicios de mensajería para avisar de la muerte de un usuario a sus contactos y anular sus cuentas
¿Qué ocurre con las cuentas de correo electrónico y los servicios a los que estaba inscrita una persona que fallece? ¿Pueden los familiares acceder a esas cuentas y a las contraseñas de estos servicios? Cuando alguien fenece, normalmente toda su actividad social desaparece. Sin embargo, desde la llegada de Internet y la proliferación de las redes sociales, la desaparición de las personas es relativa. Normalmente, si disponen de un blog en una plataforma gratuita, éste sigue activo a menos que los familiares del fallecido decidan borrarlo, si es que se lo permiten los jueces. Y lo mismo ocurre con numerosos servicios.
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